Resumen
El experto en simbología esotérica Peter Langdon, personaje ya antes utilizado por el autor, protagoniza una singular aventura que se desarrolla casi en exclusiva en los sótanos del Capitolio de Washington. La acción, que abarca doce horas, narra cómo el protagonista, la directora de la Oficina de Seguridad de la CIA y los vigilantes del citado edificio oficial buscan desesperadamente un objeto simbólico que, a cambio de no matarlo, exige el secuestrador de un importante financiero masón. Éste actúa por secretos motivos personales, cuya revelación supone el desenlace de la trama.
El autor ha inventado una historia insostenible que se desarrolla a toda velocidad para que el lector se aturda y no aprecie su total inconsistencia. Todo lo que en ella ocurre es disparatado pero se intenta que parezca tan misterioso como sugestivo, y la sucesión de secuencias truculentas y descabelladas se justifica en función de la expectativa de unas revelaciones decisivas para el futuro de la humanidad que, por supuesto, nunca llegan a producirse. Los personajes y el estilo carecen de la menor elaboración literaria y el vocabulario es muy pobre, carece de matices expresivos y utiliza, de modo un tanto oportunista y tópico, términos ocultistas, gnósticos y teosóficos. Aparte de describir ritos y creencias masónicas con un grado de veracidad que el lector no iniciado no puede calibrar, el autor lanza una serie de especulaciones deístas lejanamente emparentadas con la Nueva Era y la Cienciología, tan confusas e inarticuladas que no parecen capaces ni de inducir seriamente a error.
