Resumen
De origen oriental y nacida en Virginia,
Jenny Han es autora de varias novelas dirigidas a un público adolescente en los que las aventuras amorosas forman parte principal de sus vidas.
Con esta nueva novela,
P.D. Todavía te quiero, Jenny Han da continuidad a la historia de Lara Jean, una joven de dieciséis años que comenzó su aventura amorosa en A todos los chicos de los que me enamoré. Resuelto un enredo inicial por unas cartas escritas por ella a los cinco chicos de los que se siente atraída, será el popular Peter el que termine saliendo con Lara Jean. Pero los inicios no han sido fáciles para la pareja. Fotografiados y grabados en un jacuzzi en actitud bastante comprometida, las imágenes son colgadas en una página de Instagram de forma anónima. Superado el primer bache, otras dificultades se cruzan en su relación cuando Peter no consigue apartar de su vida a su exnovia con quien sigue manteniendo una estrecha amistad, a la vez que entra en escena un antiguo compañero de Lara Jean consiguiendo alterar los sentimientos de la joven.
La trama no tiene más complicaciones que los sentimientos cambiantes de unos adolescentes en plena pasión romántica cargada de sensualidad. El ambiente familiar, el deseo del amor verdadero, el escenario de instituto típico americano, los enredos amorosos, o la generosidad hacia los mayores, son algunos ingredientes que hacen que la novela consiga enganchar con un público joven, principalmente femenino.
Con un lenguaje sencillo la protagonista habla de su último año en el instituto. Como el resto de sus compañeros, ella también experimenta un cambio. Ya no es la niña tímida y mojigata del curso anterior. Aunque sigue sin gustarle las fiestas ahora se plantea la necesidad de una relación con un chico con el que espera tener sexo en cuanto se sienta psicológicamente preparada. Más segura de sí misma, sigue tambaleándose entre sentimientos encontrados en el ámbito afectivo. Es cuestionable el fondo moral de la novela centrado principalmente en los hábitos sexuales de los jóvenes de los que se esperan relaciones superficiales, dirigidas a experimentar el placer, por lo demás, efímero pero imprescindible.
