Resumen
En el colegio de Tom se disponen a organizar una Feria Benéfica. Mientras tanto, el profesor de su clase les encarga dos redacciones: una, dedicada a temas personales y otra que trate de una leyenda inventada, al estilo de la de Robin Hood. Además, sus padres deciden hacer limpieza general en casa y vender en el Rastro lo que ya no usen y se acerca la celebración del cumpleaños de su madre y hay que comprarle un regalo. Todos estos acontecimientos cotidianos forman parte de la detallada narración que elabora el protagonista, a base de intercalar, en sus explicaciones escritas, abundantes dibujos que ponen de manifiesto su notable habilidad como ilustrador gráfico. La obra, octava de la serie dedicada a este personaje, narra con sencillez y sentido del humor, cómo percibe un niño el mundo de los adultos, profesores, padres y abuelos, que le rodean y condicionan su vida diaria. En paralelo, las relaciones con sus compañeros de clase le resultan más comprensibles, incluso si algunos de ellos son bastante egoístas y no dudan en atribuirse como propios méritos ajenos. La autora acierta a encarnar en Tom un prototipo de niño normal, que se pelea con su hermana mayor, prefiere jugar a estudiar, aunque al final consiga aunar ambas cosas, quiere a sus padres y abuelos y se interese por los problemas familiares. La combinación de texto e ilustraciones, el tono amable del estilo y el carácter cómico de muchas situaciones de las que el protagonista logra salir bien librado contra todo pronóstico contribuyen a acercar la obra al público al que va destinada.
