Resumen
Ya están aquí, le dijo su madre al joven Eduardo Haro Tecglen el 28 de marzo de 1939. Entraban en Madrid los que poco después condenarían a muete a su padre, Eduardo Haro Delage, subdirector del diario La Libertad, acusado del delito más grave que los partidarios del ¡Viva la muerte! podían concebir: la responsabilidad intelectual en la lucha política.