Resumen
Cáscara de nuez es una novela narrada en primera persona por un feto sin nombre que parece pertenecer al género masculino. Mientras escucha con profunda atención los planes de su madre y de su tío, hermano menor de su padre, para asesinar a este, reflexiona sobre las circunstancias que van a rodear su nacimiento, que se adivina inminente.
Ian McEwan ha planteado la trama al modo de una novela de intriga de género negro, centrada en un crimen cuya víctima es hermano y marido respectivamente de los asesinos, amantes entre sí. El testigo de cargo es el hijo no nacido del difunto, que asiste a la comisión del delito desde el interior del vientre materno. El argumento desarrolla una historia de traición y adulterio concebida de un modo original e ingenioso, que evoca la tragedia de Hamlet. El motivo del asesinato reside en los varios millones de libras que puede valer la mansión propiedad del matrimonio y que la mujer, ya viuda, vendería con la ayuda de su cuñado, agente inmobiliario de profesión, con el que compartiría el dinero obtenido. Todos estos planes son cuidadosamente analizados por el nonato, a cuyo cerebro el autor atribuye capacidades propias de un adulto inteligente y bien informado. Un humor teñido de cinismo impregna este extraño relato, realista de fondo y totalmente fantástico en su tratamiento secuencial. La idea de que el feto es un ser vivo desde el momento de su concepción se lleva a límites de tragicomedia esperpéntica para poner de manifiesto la brillante capacidad de novelar del autor, de una forma inteligente pero que acaba por resultar inhumana. Las referencias a cómo el feto se siente amenazado en el útero mientras su madre mantiene relaciones sexuales con su amante, hecho del que es plenamente consciente, resultan, por morbosas, especialmente ingratas para la sensibilidad del lector.
