Resumen
Atrás quedan las rígidas normas judías, con el cristianismo llega la liberación dietética y la aparición de un amplio y permisivo horizonte culinario. Pero la Iglesia, más tarde, tomará el caminmo inverso, dedicándose a dictar multitud de preceptos: abstinencias, ayunos, Cuaresma, Adviento ... Y entrará en un sinfín de dudas biológico-morales: ¿es la tortuga más carne que pescado?, ¿y los anfibios?, ¿rompe el chocolate el ayuno?, ¿conviene el vino a las monjas?.