Resumen
Considerado -junto con Ronald Barthes- el escritor más prolijo del círculo de los estructuralistas franceses, Tzvetan Todorov cuestiona en el presente libro el uso que hace el crítico, frente a la literatura, de la libertad. Se trata casi de una "autoinculpación" que no se conforma con desentrañar y cuestionar la labor crítica de sus autores, sino que propone, fundamentalmente, una nueva manera de abordar la literatura mediante el diálogo: un diálogo con la única opción válida para la vida -el hombre mismo- que, en lugar de ir en busca de definiciones de la realidad del lenguaje o del lenguaje de la realidad, deja de lado las máscaras conceptuales y acaba trazando un atractivo panorama de la crítica del siglo XX, un análisis del pensamiento teórico de Sartre y Blanchot, de Döblin y Brecht, de Jakobson y Bajtin, de Barthes y Frye, de Watt y Bénichou. De este modo, el texto va adquiriendo densidad a medida que avanza, es decir, a medida que rastrea nombres y estilos, vivencias en definitiva, convirtiéndose así en el relato de un aprendizaje, el del autor, lleno de amores y decepciones. A la vez programa de la "crítica dialógica" (en los dos últimos capítulos los autores comentados acaban tomando la palabra) y participación en el debate ideológico, este libro supera la antinomia entre el dogmatismo clásico y el relativismo moderno, abriendo una puerta hacia un porvenir incierto pero atractivo.