Resumen
El rey Pedro I de Castila fue, históricamente, la figura más sobresaliente de su tiempo, si bien, el haber tenido que cargar sobre sus espaldas el sobrenombre de ?El Cruel?, oscureció en gran medida la obra que llevó a efecto en su reino, basada fundamentalmente en construir un estado moderno en el que la justicia, la autoridad, el orden y las mejoras de sus súbditos debían de realizarse desde un sistema político centralizado y en el que tanto el clero como los nobles, sin perjuicio de su jerarquía y de los ancestrales derechos que ostentaran, tenían que quedar supeditados al rey y a las Cortes en las que estaban representados en unión del pueblo llano.
A lo largo de las páginas de este libro, Jaime Passolas desarrolla de forma rigurosamente histórica y al margen de cualquier carácter novelesco la vida de este gran rey que hizo a Sevilla como lugar de residencia y al que se le debe, entre otras muchas cosas, la realización del palacio mudéjar El Alcázar sevillano. Tanto amó a Sevilla que dispuso en su testamento que su cuerpo fuera enterrado en la misma, aunque ello no ocurrió hasta finales del siglo XIX.
Pedro I, El Cruel o El Justiciero, porque así lo decretó Felipe II, fue el último rey de todas las dinastías que tuvo España a lo largo de los siglos, que se denominó Pedro.
