Resumen
Breve ensayo antropológico-sociológico que analiza no tanto al hombre que vive en la ciudad, sino el fenómeno urbano en el que vive inmerso, a finales de siglo. La sociedad urbana no la conforman comunidades homogéneas, sino personajes de múltiples rostros, vulnerables e inseguros, que se repliegan sobre sí mismos porque los vínculos de sus relaciones humanas son escasos, fríos y laxos.
El mismo autor reconoce que sus teorías y disquisiciones son frágiles, poco fundamentadas, porque esta especialidad urbana, que él denomina "antropología de las agitaciones humanas en el espacio público", es todavía muy incipiente. No contempla al hombre como persona ni ser social, capaz de establecer relaciones con sus iguales, sino que adopta una postura excesivamente negativa: el hombre tiene que defenderse de la agresividad del espacio urbano, que le es perjudicial porque lo despersonaliza. Sostiene un planteamiento totalmente erróneo del sentido de las distintas religiones, viéndolas como comunidades precarias y provisionales que intentan resolver los problemas presentándose como "alternativas" a la familia, cuando en realidad son "sucedáneos" de ella.
