Resumen
Entre 1860 y 1931, Madrid pasó de ser la &147;villa y corte&148; a convertirse en una moderna metrópolis. Crecía vertiginosamente en tamaño y población, merced a un ambicioso proyecto de ampliación urbana cuya realización fue, sin embargo, bastante más caótica de lo que se preveía sobre el papel. Al actual distrito de Arganzuela &151;el Ensanche Sur&151; le tocó ser el principal laboratorio de la transformación industrial de la ciudad. De zona receptora de jornaleros inmigrantes, donde la pobreza se codeaba con la más absoluta miseria &151;de ahí la denominación de barrios negros&151;, pasó, en los albores de la República, a ser una auténtica tierra de oportunidades, habitada por clases medias y obreros cualificados y con un rico tejido empresarial.<