Resumen
Protagoniza este cuento un niño muy imaginativo que se entretiene en cambiar primero unas cosas en otras y después a sí mismo en otra cosa. Así, pretende no arreglar su habitación porque se ha cambiado en un caracol y va muy despacio, o no bañarse porque se ha cambiado en un gato y a los gatos no les gusta el agua. Hasta que su madre decide entrar también en el juego y cambiarse en otras cosas. El relato es simpático y presenta a una madre muy comprensiva, pero quizá al final la moraleja no quede del todo clara para los niños pequeños a los que se dirige la autora.