Resumen
La novela está polarizada en unos seres modélicos a los que Huxley da forma, quitando aristas, limpiando las pinceladas postreras que están deficientemente proyectadas. El ambiente descrito es sensitivo, con matices artísticos con los que se busca la belleza y el arte por sí mismos, a través de un subjetivismo a ultranza. Los personajes se ven inmersos en un mundo en el que los horizontes idealistas, algunas veces apuntados, no corren paralelos a una realidad objetiva por falta de altura o relieve.