Resumen
La misión del bufón es el primer episodio de la trilogía que con el título de
El Profeta Blanco narra las aventuras protagonizadas por el valeroso Traspié Hidalgo que, en el reino nórdico de Los Seis Ducados se dispone a rescatar al Príncipe hijo de la reina Kettricken, desaparecido en extrañas circunstancias.
Con el fin de llevar a cabo su misión, Traspié asume la identidad de un sirviente de lord Dorado, llamado El Bufón,
y se instala en los servicios del palacio de Torre del Alce con el supuesto nombre plebeyo de Mechatejón.
La novelista
Margaret Astrid Lindholm Ogden (California, 1952) autora de gran éxito de varias sagas de literatura, ha utilizado los pseudónimos de
Megan Lindholm para las series de fantasía actual y el de
Robin Hobb para las ambientadas, como la acción de la presente obra, en la época medieval. Las guerras dinásticas desencadenadas en Europa en defensa de los intereses de las casas reales más influyentes, sirven como fuente de inspiración a la autora que atribuye a sus personajes rasgos de carácter, mentalidad y conducta muy parecidos a los héroes de las leyendas nórdicas, libros de caballerías o romances de frontera. Intrigas cortesanas, matrimonios de conveniencia, alianzas efímeras y cambios oportunistas se interfieren con variada suerte en los planes del esforzado caballero Traspiés-Mechatejón, que no duda en arriesgar su vida para lograr el rescate de su Príncipe después de superar emboscadas y arteras maniobras de sus rivales. Dentro del mundo ficticio creado por Robin Hobb tanto las referencias geográficas de lugares, costas e islas, donde transcurren los hechos como los detalles de costumbres, vestidos y formas de vida muestran una notable coherencia que aporta al relato cierta dosis de verosimilitud. Se aprecia, no obstante, la ausencia de los valores éticos y morales que profesaban tanto los monarcas de la cristiandad europea como los súbditos, principios que los personajes de la saga actual parecen desconocen por completo. Aunque la autora, con estilo elegante y sobrio, no se excede en la descripción de las abundantes escenas de violencia y evita incurrir en detalles morbosos, las relaciones de familia entre hijos, padres o amantes responden a una visión pagana, propia de las culturas de los pueblos precristianos.
