Resumen
El cuarto episodio del Taller de las emociones se centra en el modo de superar los enfados. De nuevo los hermanos Alexia y Tasi, junto a la gaviota Florestán, inician un viaje en el que deben superar las pruebas de las Olimpiadas de las Emociones que les darán las claves para controlar la ira. Los hermanos, con su inseparable perro y tres Sombras Chinchantes que tienen como trabajo enfadar a los niños, visitan un museo. Allí, tras convertir el esqueleto de un gran dinosaurio en un montón de huesos, aprenden a trabajar en equipo controlando los enfados. La obra, a pesar de estar escrita sin pretensiones literarias y con un claro fondo educativo, es de lectura agradable y divertida. En las últimas páginas del libro se incluyen consejos útiles dirigidos a padres y profesores para orientarlos en la mejor manera de gestionar la ira y los enfados.
