Resumen
Andrés, un niño que nunca ha visto malas caras en su casa, se sorprende mucho cuando su padre hace las maletas y le anuncia que se separa de su madre. Algún tiempo después, un fotógrafo amable y simpático empieza a acompañarlos a ambos a dar paseos e incluso regala a Andrés un álbum para que guarde fotos de sus padres y abuelos y las que hacen juntos durante sus salidas en común. Al pequeño le hace ilusión tenerle como compañero en este juego pero, escarmentado por la desilusión sufrida al ver rota su familia, prefiere esperar a que el paso del tiempo demuestre que puede fiarse de él. El autor plantea con realismo y discreción una historia sencilla, breve y bien escrita, que pone de relieve el problema de la inseguridad afectiva que las rupturas conyugales generan en los hijos pequeños de la pareja. Ante esta situación deja abierta la posibilidad de que una nueva relación del cónyuge con el que vivan pueda ser beneficiosa para recuperar, al menos en parte, la pérdida sufrida.
