Resumen
El rockero irlandés Bono celebró el sesenta aniversario del nacimiento de Elvis Presley con el homérico poema &8220;Elvis: el David americano&8221;. Aquella letanía ponía de manifiesto las muchas caras de la persona y el personaje, el Elvis que conocieron sus amigos más íntimos y el que construía para divertirse con su pandilla. Y luego, claro, estaba la superestrella, el mito, ese Elvis Presley convertido en un dios a través de una desmedida devoción del público, de los trajes extravagantes y de los apoteósicos arreglos musicales. Existen demasiados Elvis como para que resulte fácil contar la vida de ese muchacho del Sur, tímido y sencillo, que cumplió su sueño de salir de la pobreza cantándole a Dios y llevando con él a su familia, sus amigos y a cuantos pudo ayudar en el camino.