Resumen
En la segunda entrega de la serie detectivesca de
Beatriz Osés protagonizada por
Erik Vogler, un excéntrico adolescente con una enorme facilidad para meterse en líos y convertirse así en detective a la fuerza, la historia tiene lugar en un lujoso balneario de Italia, próximo al lago Como. Erik accede a acompañar a su abuela para descansar unos días después de los malos momentos vividos en su aventura anterior,
Los crímenes del Rey Blanco. Esta vez, será testigo del asesinato de una anciana multimillonaria en los baños de barro del hotel, cuando intentan robarle un antiguo camafeo que encierra un enigma. De trama sencilla y estilo cuidado, es una típica novela de misterio, aunque escrita en tono de comedia y apoyada en un protagonista muy alejado de la figura del héroe, bien caracterizado, y descrito como raro, cobarde, maniático y, en general, bastante insoportable. La difícil relación de Vogler con su abuela, así como con el inquietante Albert Zimmmer, el joven de largos colmillos que le aterroriza desde que le conoció en su primera investigación, y que está presente también ahora, ocupa bastantes páginas del libro y es la clave de muchas escenas de marcada comicidad. Es una lectura muy entretenida, donde la autora consigue que hasta las escenas más macabras lleven un componente humorístico que las suaviza.
