Resumen
En este cuarto episodio de la serie que protagoniza Felipe disfruta de un día en la playa con sus amigos, Miguel, Claudia y Ona, cuando de repente el supermóvil comienza a dar señales de actividad y poco después todo el grupo se encuentra en la bodega de un barco pirata. Cuando se recuperan de la impresión descubren que cerca de ellos se encuentran un niño y una niña que no entienden como han aparecido allí. Pronto descubren que son dos prisioneros que los piratas se han llevado de un galeón de cuyas riquezas no lograron apoderarse. Felipe y su pandilla entienden que su misión será liberarlos y hacerles llegar a tierra firme, aunque parece una tarea muy peligrosa, debido a la fiereza del capitán ?Peloempecho?. No obstante saben aprovechar todas las oportunidades y utilizar la inesperada ayuda que un destacado miembro de la tripulación puede ofrecerles. La historia, como todas las de la misma serie, narra una aventura divertida e ingeniosa que, en este caso, se inspira lejanamente en los relatos sobre piratería, clásicos de la literatura inglesa del siglo XIX. En pocas páginas combina hábilmente una ambientación propia de los tiempos de la navegación a vela, con unos personajes que obedecen las órdenes de un aparato de alta tecnología digital. El resultado de este contraste es de notable acierto, por lo imaginativo de la trama y el dinamismo de la acción, breve y bien elaborada. El estilo, muy coloquial, está bien redactado y utiliza un vocabulario amplio y correcto, impregnado de humor.
