Resumen
En contradicción con la evolución del siglo XIX, las tendencias históricas actuales parecen dirigidas en el sentido de la coerción y de la hegemonía del Estado. Sin prejuzgar el valor último de tal apreciación -que en lo que sigue podría revelarse ilusoria- es evidente que domina ahora, de forma abrumadora, la comprensión confusa y las interpretaciones divergentes de la política. Algunas coincidencias entre los resultados del fascismo y del bochevismo han creado la perspectiva general de una conciencia histórica desconcertada que, bajo nuevas condiciones, se transforma poco a poco en ironía y se habitúa a considerar la muerte.