Resumen
Aunque la época moderna ha encontrado acentos nuevos en las obras y en el espíritu de Burckhardt: ha descubierto su pesimismo sorprendente sobre el porvenir de una Europa tan suya; ha descubierto su visión profética de los terribles simplificadores, que las últimas generaciones han conocido demasiado bien; ha quedado sorprendida con sus agudas consideraciones sobre la historia universal, el historiador suizo sigue siendo en nuestros días lo que fuera esencialmente para sus contemporáneos: el historiador del Renacimiento y el Cicerón en el mundo de las obras de arte de Italia. Por eso se le continúa frecuentando, fundamentalmente, pese a que los especialistas le conocen también como estudioso de la época constantina y como autor de una muy discutida historia de la civilización griega.