Resumen
Inglaterra, siglo XIX. En los bajos fondos londinenses se suceden una serie de crímenes rituales, en los que el asesino deja su huella: un enigmático jeroglífico con forma de ibis, que era la representación del dios Thot. La investigación de los hechos recae en una arqueóloga de prestigio, quien encabeza una expedición a Egipto, ya que las muertes parecen relacionadas con un antigua leyenda sobre "El libro de Thot", que contendría las claves de la mayor fuente de poder imaginable.
Es un relato bien hilado, con un buen ritmo que sólo pierde en breves ocasiones, y con unos personajes bien definidos que muestran valores como el honor, la constancia, la lealtad, el espíritu de superación, la dignidad del ser humano, valores que incluso los personajes menos virtuosos llegan a hacer suyos. Es una buena y trepidante aventura, en la que el compañerismo y la confianza se contraponen a la cobardía y la traición, como únicos medios para sobrevivir. El autor cierra el relato dejando un cabo suelto que puede dar lugar a una secuela.