Resumen
Pese a que la igualdad de derechos de las mujeres haya alcanzado un reconocimiento, al menos teórico, amplio en la esfera civil, sigue siendo un tema de especial actualidad dentro del cristianismo. Mediante el recurso a la tradición, la iglesia católica ha venido justificando que se perpetuara la posición subordinada de las mujeres en la estructura eclesial, marginándolas de los puestos de responsabilidad, los ministerios ordenados, y manteniendo una actitud rigurosamente negativa respecto de cuestiones como los métodos anticonceptivos, el aborto y el divorcio, lo que en la práctica redunda casi siempre en perjuicio de las mujeres.
En esta obra, y desde el esquema de la sucesión de paradigmas ya expuesto en su anterior trabajo, El cristianismo, Hans K&252;ng indaga cómo se ha llegado a la situación actual partiendo de unas estructuras comunitarias en origen tan diferentes, en las que las mujeres también eran sujetos de su propia historia. Paralelamente a este análisis, propone reformas concretas encaminadas a revisar una serie de patrones de comportamiento impuestos por la tradición y dirigidas a promover el estudio de la teología por parte de las mujeres, a la reforma del lenguaje de la liturgia para que sea incluyente, o a la promoción de las órdenes religiosas femeninas y el sacerdocio de las mujeres.