Resumen
La niña perdida es la cuarta entrega de
Elena Ferrante cuya historia continúa la trayectoria de dos mujeres italianas, amigas desde la infancia -Elena (Lenú) y Lila- durante la segunda mitad del siglo XX. Elena convertida en escritora de éxito, está separada y vive con un brillante político, intenta educar a sus hijas entre disputas con sus suegros y con su madre, que enferma gravemente. Tiene una hija con su nuevo novio pero será esta una relación efímera ya que Lenú descubre que él la engaña. Por su parte, Lina regenta un negocio en Nápoles y continúa con alguien a quien no ama pero con quien se limita a convivir. Las dos amigas se reencuentran pero ya nada será igual: sus diferencias sociales se acentúan y una serie de problemas agudizan el mutuo resquemor, sobre todo cuando la hija de Lila desparece misteriosamente y Ésta se enrarece progresivamente hasta huir a paradero desconocido. De fondo, la agitación social napolitana y la brutalidad de la actuación de familias mafiosas añaden más dramatismo aun a sus ya tormentosas vidas.
Con una narración cuidada, Elena Ferrante prosigue esta saga de encuentros y desencuentros que dibuja la madurez, sufrimiento y declive de las protagonistas, cada una a su estilo. Lo mejor de esta novela realista es la configuración psicológica de los dos personajes femeninos, complejos, ricos en matices y creíbles así como el escenario costumbrista en el que se mueven. La trama es un mosaico de acontecimientos agridulces de unas mujeres infelices en las que la permisividad en lo sentimental y la infidelidad son habituales y el amor y el afecto se ven superados por la traición y los conflictos emocionales. Un libro muy bien escrito pero que deja cierto sabor amargo.
