Resumen
En la noche que llovieron impermeables en la primera cita, cree haber atisbado su propio cadáver: ahogado en el océano, junto al cofre con tus sueños incumplidos. No le crean. Será una intuición o una visión jeremiaca, pero que no debe aparecer en este tramo. Para nuestra desgracia los humanos no sabemos reconocer nuestro cadáver. Le miraremos con extrañeza. Nos caerá hasta mal. Será un perfecto desconocido, del que nos hemos alimentado y seguiremos corroyendo mientras podamos, pero sin dolor.
Martín Merino Arranz.<