Resumen
Reúne el volumen dos novelas cortas de
Luis Mateo Diez (Villablino, León, 1942) bajo el título ?
La Provincia Imaginaria?. La primera, ?
Las Estaciones Provinciales?, es una novela social sobre la vida en León durante los años de la posguerra. El protagonista es un redactor del periódico local de la tarde, que en el ejercicio de su trabajo descubre un fraude alimentario llevado a cabo por un concejal del Ayuntamiento. Sus investigaciones se ven continuamente entorpecidas por la policía y las autoridades, hasta que el asunto queda olvidado a pesar de haber costado la vida de dos personas. Escrita con un tono directo y claro, sencillo y coloquial con abuso de términos mal sonantes. Se preocupa de crear un clima ambiental que sirva de marco a la acción muy bien logrado, que se refleja en unos personajes que no tiene demasiado relieve, forzados para la intencionalidad social que pretende denunciar. El caso de corrupción que plantea es verosímil, acusa a policías, funcionarios, hombres de negocios, falangistas que se amparan entre sí y abusan de su poder. Los personajes del bando republicano están caracterizados como víctimas inocentes. Para describir los vicios de unos y las virtudes de los otros se recurre a escenas eróticas descriptivas y a hirientes ataques contra el clero.
La segunda novela,?
Las Horas Completas?, narra la excursión que hacen cinco sacerdotes desde una ciudad castellana a un pueblo cuyo párroco, amigo de todos ellos, les ha invitado a merendar. Durante el recorrido recogen a un extraño peregrino que contribuye a amargarles lo que iba a ser una grata tarde de descanso. Los personajes no alcanzan la dimensión humana aceptable, quedan caracterizados como personas distintas de los demás, anacrónicos, no parecen hombres sino marionetas, por lo mecánico, convencional y poco coherente de sus reacciones. Esto hace que se produzcan situaciones carentes de lógica y naturalidad, oscilando entre la farsa y el esperpento. Lo más conseguido es la forma estilística, con palabras bien empleadas, con estilo sobrio y sencillo. La obra tiende a ridiculizar a sus protagonistas, como personas inseguras, poco convencidas del sentido de su misión en el mundo. El cura que pesca truchas entiempo de veda y los que acuden a su casa a comérselas son figuras desplazadas, incongruentes que no merecen más que una sonrisa compasiva y tolerante.
