Resumen
Lo que el cuerpo sabe se centra en la relación que se establece entre una mujer mayor, gravemente enferma y su única hija, con motivo de que esta última, dedicada profesionalmente a la creación literaria le lea la historia que ha escrito, inspirada en un momento de la vida de su madre. La acción recoge, en planos alternados, el desarrollo del episodio narrado y las reacciones que leerlo suscita en ambas mujeres, cuando por última vez tienen ocasión de sincerarse la una con la otra.
David Grossman (Jerusalén, 1954) enfrenta dos caracteres femeninos muy diferentes, aunque íntimamente ligados. La madre, abandonada por el marido, ha sobrevivido a veces comerciando con su cuerpo y es evidente que en ella el sexo ejerció una intensa atracción, según se pone de manifiesto en la novela de su hija. La acción describe cómo, una mujer de mediana edad monitora de yoga, acepta de un cliente el encargo de iniciar sexualmente el hijo de éste, que parece haber mostrado cierta inclinación hacia un compañero de colegio. Esta subtrama se desarrolla en el transcurso de unas largas y minuciosas sesiones de masaje corporal que la monitora aplica al adolescente para despertar la sensibilidad de cada centímetro de su piel. Aunque no llegue a consumarse un contacto sexual, la descripción de estas sesiones encierra un alto contenido de erotismo en el que la hija, al redactarlas expresa la idea de la importancia que su madre de joven dio al sexo en su vida. La hija, en cambio, se muestra reticente respecto a esta promiscuidad a la que opone su convivencia estable con otra mujer. A medida que la autora lee su libro la otra comenta y las dos reflexionan. Como resultado, el distanciamiento afectivo que tiempo atrás las había separado, se atenúa para dejar paso a una mutua comprensión que no implica arrepentimiento sino tolerancia. La obra, bien realizada desde el punto de vista técnico, resulta sin embargo algo reiterativa en la obsesión por el cuerpo que centra el eje argumental y que le presta un carácter marcadamente materialista.
