Resumen
«Estoy en la habitación y no estoy solo. Frente a mí, tumbada boca abajo, está la vieja que maté esta mañana. El problema está en que han designado para el caso al inspector Brand&227;o y, por si no lo sabéis, Brand&227;o soy yo, Porto Brand&227;o, encantado de conoceros...» Despistar a sus perseguidores y escamotear las pruebas es un juego de niños para Brand&227;o, hasta que descubre que alguien más le está acechando, un segundo asesino que tiene la irritante costumbre de dejar su propia marca en el lugar del crimen...