Resumen
La familia Jolley-Rogers, integrada por el abuelo, los padres y los pequeños Jim y Preciosa, forman parte de la última generación de piratas del mundo, en plena época presente. Viven a bordo de un barco de vela, como es tradición, y visten con arreglo a las tendencias clásicas de la piratería pero no son delincuentes sanguinarios. En la bodega de su navío guardan un vehículo todoterreno anfibio a motor, el abuelo usa lentillas de contacto y para buscar tesoros enterrados no cuentan pasos sino que usan un potente detector de metales. En esta aventura de la serie dedicada por el autor a los mismos protagonistas, encuentran en el interior de una cueva, mientras disfrutan de un día de playa, un cofre lleno de monedas de oro. Al intentar apropiárselo, caen bajo el hechizo de unas brujas que se dedican a coleccionar ropa, sombreros, banderas, espadas y todo lo que guarde relación con los piratas y usan como cebo para atraerlos el mencionado cofre. Solo Jim se libra, por casualidad, de ser hecho prisionero y pide ayuda a su amiga Matilda, una niña que vive en el pueblo vecino a la rada donde el barco suele anclar, para liberarlos. Entre los dos consiguen convencer a las brujas de que con el oro que poseen y que a ellas no les interesa en principio, en el siglo XXI hay formas más fáciles y eficaces de satisfacer su afición al coleccionismo. Jonny Dudlle, conocido escritor e ilustrador inglés, ha logrado infundir a los esquemas propios de los relatos de piratas un tono original, moderno, divertido y ajeno a toda violencia. La combinación de un argumento bien concebido y ágilmente desarrollado, un estilo sencillo e impregnado de humor y unas ilustraciones de buena calidad y notable efecto cómico, logra atraer la atención del lector desde el primer momento hasta la página final.
