Resumen
Con la naturalidad y elegancia que lo caracterizan, Alistair MacLeod vuelve a acercarnos a su tierra, a sus orígenes. Sus personajes son reflexivos y emotivos. Hombres, mujeres y niños rodeados por un paisaje agreste pero maravilloso, donde las viejas leyendas familiares, el trabajo, los ciclos naturales, es decir, la vida misma, se entrecruzan y entretejen. Alistair MacLeod transmite una vez más el eterno conflico de la identidad: personas que añoran sus patrias abandonadas, la de sus inmigrantes más recientes, las patrias rurales abandonadas por el éxodo de posguerra, las europeas y asiáticas que dejaron atrás sus ancestros. Paisajes y parentescos perdidos. Los lamentos del exilio, el deseo de preservar lo que fue, y aún es -contra la desgarradora acción del tiempo-, resuenan en estos siete relatos. Historias atemporales, cargadas de pasado y cruda realidad.