Resumen
Un niño a quien sus padres pusieron tres nombres porque no se decidían por ninguno se muestra en casa, donde le llaman Federico, como dócil, obediente y ordenado. En cambio en el colegio, donde le llaman Luis, actúa de forma un tanto prepotente y abusiva. Cuando, al empezar un nuevo curso, pasa de infantil a primaria, tiene que compartir el patio de recreo con niños mucho mayores que él, con los que no puede mantener esa actitud y, entonces, la maestra le llama Andresín. Descubrir que ya no es el rey del patio le supone un gran disgusto pero también una lección que sabe aprovechar y decide ser sólo Federico para siempre, bien arreglado y atento en clase. La obra tiene un propósito más educativo que literario, orientado a reflejar cómo hay que asimilar los cambios que supone el pasar a otro ciclo. Sin embargo el autor para expresar esta idea ha elegido un argumento que parece poco eficaz desde el punto de vista didáctico por la conducta anómala del protagonista que se comporta de modo muy diferente en casa y en el colegio.