Resumen
Entender, conocer, valorar, localizar y saber degustar los diferentes vinos se ha convertido, en nuestra civilización, no sólo en una cuestión agradable y placentera o una imposición social más o menos arribista, sino en una necesidad formativa que nos obliga a introducirnos en el conocimiento de una cultura ancestral que se impone con su presencia diaria en nuestras vidas; sobre todo, teniendo en cuenta que quien más y mejor disfruta de una obra de arte –y sin duda alguna un buen vino lo es— es aquel que más datos logra reunir acerca de todos los aspectos relacionados con su creación, ejecución, autores... y ha podido desarrollar la máxima sensibilidad que se requiere para captar las excelencias de la referida obra.<