Resumen
El protagonista de esta novela ha de volver, por razones de trabajo, al lugar donde, siendo adolescente, empezaron los enfrentamientos de una pandilla con la suya propia, los Játac, y donde uno de sus amigos murió a manos de aquéllos. La crisis matrimonial que padece y su insatisfacción en el trabajo y en la vida encuentran su causa en su cobarde modo de ser y de callar, que se inició en aquellos años.
Aunque ya sabe el lector que el chico murió, Peramo es capaz de mantener la tensión dramática hasta la última página, y lo hace con un lenguaje sencillo. La novela se lee de un tirón aunque lo que se narra sea previsible, porque analiza honradamente la adolescencia de su generación -nació en 1967- y a los que tienen cuarenta años en crisis. Presenta a su pandilla como el germen de lo que sus componentes serían de adulto y se describe los vicios sexuales en esa etapa juvenil. El sentido de culpa que todos arrastran les impide ser verdaderos amigos, para ser sólo colegas que se reúnen de vez en cuando para emborracharse y fumar porros. Pero el hermano mayor del fallecido guarda otro secreto que le corroe y le lleva a tratarse psiquiátricamente, secreto que nace con la muerte de su hermano y que mantiene la tensión en la novela. Este personaje es otra confirmación de la tesis del relato: aquellos que no reconocen su culpa y callan, la arrastran hasta el final y se convierten en unos fracasados y desdichados.