Resumen
Novela costumbrista de proyección sociológica narrada por el protagonista, un cazador furtivo de la serranía andaluza que vive feliz en su mundo solitario y agreste y no comprende el modo de vivir de los habitantes de pueblos y ciudades.
El realismo descriptivo, lleno de fuerza, y la riqueza de vocabulario, de viva coloración rural, son los factores más destacados de la obra. El personaje central resulta idealizado, al modo del "buen salvaje" de Rousseau, frente a la doblez y egoísmo de sus más civilizados convecinos: guardias civiles, jueces, caciques, etc. El contraste entre ambas esferas es a veces demasiado radical para convencer, pero los pasajes en que Juan Lobón caza en soledad total por las crestas serranas, enfrentándose a las piezas y luchando por ellas, tiene una expresividad muy lograda. Los personajes secundarios, de extracción popular, están bien caracterizados, dando lugar con su actuación a escenas costumbristas bien conseguidas. La obra encierra una clara denuncia social, centrada en la vida española de los años cincuenta. Se atacan el caciquismo y la explotación de la ignorancia de los campesinos, no tanto por los grandes terratenientes como por los arribistas mesocráticos, carentes del dinero y la casta de aquéllos. Las quejas de Juan Lobón son tristes, aunque no demasiado amargas, aceptando con resignación las cosas como vienen y procurando encauzarlas de la mejor manera posible. El primitivismo ambiental explica ciertas normas de conducta moralmente reprobables y la crudeza, no excesiva, del lenguaje. Destaca por su enfoque positivo la breve intervención de un sacerdote.