Resumen
Esta novela, fechada en 1918, evoca la figura de una joven que emigró desde Bohemia con su familia, siendo niña, y se hizo mujer trabajando duramente la tierra en una granja de Nebraska. Como narrador actúa un abogado de Nueva York que, en sus años adolescentes, vivió en el mismo pueblo que Ántonia y estuvo románticamente enamorado de ella.
La obra constituye un expresivo testimonio sobre la primera colonización de los lugares del Middle West donde transcurre la acción, en la que participó la autora (1873-1947) siendo niña. La descripción serena, precisa y realista, pero no amarga, de las penalidades de los pioneros queda transformada en un excelente material novelístico gracias a la magia que emana de la cálida relación que une a la protagonista con el narrador. Los personajes llevan todos vidas modestas, sin apenas otro horizonte que salir de una pobreza muy acusada, pero dentro de sus estrecheces y carencias son seres humanos bien trazados, con grandezas y miserias que sobrellevan dignamente. Considerada como obra maestra del género localista y rural dentro de la literatura norteamericana de principios del siglo XX, esta novela encierra indudable interés histórico, y su estilo fresco y espontáneo conserva una actualidad que hace atractiva su lectura.
Emigrantes europeos de muy diversos orígenes culturales y religiosos conviven en una situación cuya precariedad impone aunar esfuerzos, olvidar diferencias y tolerar infracciones. No se trata de relajar la vigencia de los principios, sino de comprender debilidades transgresoras individuales y suavizar tendencias puritanas.
