Resumen
Novela de culto, de aquellas que se gastan de mano en mano, Natalia no pretende ser una propedéutica a las dulces urgencias de la carne, ni tampoco una iniciación a las perversiones de la lencería, pero aguanta muy bien una lectura libertina de sábanas, sudores y rimmel, facilitada por la vibración de una prosa baja en grasas, alta en nicotina, que desde luego nunca podrá pasar indemne el control maldito del test de alcoholemia. Rafael Otano<