Resumen
El autor, psicólogo y experto en terapia cognitiva, presenta en esta obra un conjunto de temas que van mucho más allá de la estricta terapia. Aparentemente, el libro trata sobre las distorsiones que pueden darse en los pensamientos y sentimientos, que pueden causar comportamientos inadecuados y que, efectivamente, estas técnicas terapéuticas pueden contribuir a resolver. El problema es que es difícil ayudar a un ser humano en terapia si esta no tiende a dar un sentido a su vida. El autor reconoce que, desde su origen, el hombre necesita dotar de sentido a su existencia pero, a partir de ahí, vuelca, intencionadamente o no, su propio agnosticismo e incertidumbre o su particular filosofía de la vida, citando un amplio espectro de autores. Parece que el autor ha leído mucho y, por el puro eclecticismo de su formación, está sumido en la más profunda de las dudas. No hay una antropología que sustente su obra. Sí hay referencias irónicas, críticas hacia la fe, la realidad sobrenatural del perdón, o casos de pacientes que eran creyentes y fieles a sus principios y han sido incoherentes posteriormente. Si en la obra hay aspectos que podrían ser aprovechables -las propias técnicas de terapia cognitiva-, en el conjunto aparece la autoconciencia como lo más noble del ser humano, el sentido de la vida está en uno mismo, no existen verdades objetivas. El autor rechaza la moral en cuanto al "deber ser", sustituida por la ética kantiana.