Resumen
El lingüista norteamericano de ascendencia judía,
Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, reúne en este volumen una serie de artículos de análisis político publicados en el periódico New York Times durante los años 2011 a 2014.
El autor aprovecha el prestigio logrado a través de sus investigaciones sobre el lenguaje y las ciencias del conocimiento, para abordar una materia tan lejana de su especialidad como las relaciones exteriores desarrolladas por Estados Unidos a escala universal.
Aborda en sus artículos las intervenciones de la diplomacia americana en las diversas áreas de actuación, desde las instituciones como la ONU, OTAN, OEA, a otros organismos dedicados al control de armas y drogas, la sanidad o las emisiones contaminantes. Chomsky se refiere en sus artículos a una gran variedad de temas que han ocupado la atención del público durante los últimos años. Expone sus argumentos y comentarios con un lenguaje incisivo y agrio e que utiliza para repetir los más conocidos tópicos, sin aportar novedades y para acusar a su país de horrendos crímenes contra la humanidad. Desde la guerra de Vietnam a las dos de Irak, la cruenta invasión Afganistán, los conflictos de Oriente Medio y Palestina o las campañas contra el terrorismo islámico, Chomsky no desperdicia la ocasión de rechazar en todos los casos las actuaciones de su gobierno. En el largo recorrido de dos mandatos, del presidente Barak Obama, denuncia en tono de censura rigurosa los errores, tramas ocultas, abusos de poder, corrupción y crímenes de Estado supuestamente cometidos siguiendo las órdenes de la máxima autoridad o de sus inmediatos colaboradores. En su afán por descreditar la vida política americana, Noam Chomsky trata con mayor respeto a personajes tan dudosos como Fidel castro, Evo Morales o Sadam Husein que a Jimmy Carter, Ronald Reagan, Bush, padre e hijo, Bill Clinton o el recientemente relevado, Barak Obama. Todos ellos aparecen considerados como delincuentes sin escrúpulos y corruptos que se mostraron dispuestos a respaldar las ambiciones de la oligarquía capitalista que, según el autor dirige los destinos del mundo. El estilo ágil, adaptado al género periodístico, logra el objetivo de presentar los hechos de forma convincente, pese a la parcialidad y demagogia de los argumentos utilizados.
