Resumen
A lo largo de su historia, la Iglesia ha ido prolongando la misión de Jesús, divino samaritano de las almas y de los cuerpos, con una gran variedad de iniciativas: asistencia sanitaria, acompañamiento espiritual de los enfermos, promoción de la salud... Una mirada a este inmenso panorama de la caridad misericordiosa con todos los que viven el difícil momento del sufrimiento o luchan por un estilo de vida más sano nos permite ver, junto a las luces y las inevitables sombras, el empeño constante de la comunidad eclesial por seguir siendo fiel al mandato de su Fundador: «predicad la buena nueva..., curad a los enfermos...».
<