Resumen
Mucho antes de que se abra el debate acerca de “la crisis del arte contemporáneo”, el autor, con una agudeza particular, había planteado la cuestión del sentido y del futuro de la creación artística y cultural. Su diagnóstico era sombrío. El desmoronamiento presente de la creación grava el pasado y el futuro en igual medida. El pasado, pues “en donde no hay presente tampoco hay pasado”; el futuro, pues “memoria viva del pasado y proyecto de un futuro valorado
desaparecen juntos”. Nada vino a invalidar ese diagnóstico. La crisis de la creación cultural en el mundo occidental no es más que una de las manifestaciones del desmoronamiento de la autorrepresentación de la sociedad.