Resumen
El Forastero llega a Fronda un mes antes del Corpus Christi. Se aproxima caminando con un maletín y un traje. Parece que busca algo. Aquel día el cielo resplandece, pero una ínfima sombra empieza a crecer en las calles, en los dos únicos niños del pueblo, en aquel mesón, en la peluquería, en el bar de alterne y en el corro de comadres desdentadas en las puertas de las casas. Nadie atina a ver cómo aquella sombra que habita en cada uno de ellos se expande, semana a semana, hasta elevar su oscuridad sobre el pueblo, en la fiesta del Corpus Christi para, en lo alto del cielo, exigir al fin el inevitable sacrificio por su vuelo diurno.