Resumen
Primera entrega de una serie de aventuras, protagonizada por Hilas, un niño de doce años semisalvaje y marginado en su aldea, que ha escapado de morir a manos de los temibles guerreros negros. Tras perder a su hermana pequeña durante el ataque, inicia su búsqueda en un viaje por mar, en el que se encontrará con Pirra, una niña de su edad hija de la suma sacerdotisa, que también huye de un matrimonio pactado por su madre. Ambientada en la Edad del Bronce y en la zona del Mediterráneo, la historia comienza de modo impactante y con escenas de intensa acción, que no se interrumpen en todo el libro. Con estilo simple, de frases cortas, acorde con el ritmo narrativo, la autora lleva al lector por un mundo extraño y remoto, de gran belleza y descrito de modo vivo y realista, donde se muestran los modos de vida y las arraigadas creencias animistas de las gentes de la época. Unos protagonistas fuertes y luchadores, rodeados de un elenco de personajes malvados y asesinos, además de espíritus, fantasmas y cadáveres petrificados con los que los dos chicos tienen que lidiar, son ingrediente suficientes para captar la atención. Pero el aspecto más grato y entrañable del relato es la relación del protagonista con un delfín, y el simpático punto de vista que el cetáceo tiene de los torpes humanos a los que tiene que ayudar. Un oráculo, que augura que algo oscuro y siniestro, relacionado con Hilas, está provocando el caos y la devastación, deja la narración en su punto más interesante.
