Resumen
En 1298 Marco Polo financió un barco de guerra en una flota que Venecia, su patria, envió a luchar contra Génova, su mayor rival político y económico. Derrotados los venecianos y hundida su nave, Marco Polo fue hecho prisionero y conducido a una cárcel genovesa. Allí coincidió con Rustichello da Pisa, escribiente de profesión, a quien narró, durante el largo cautiverio de ambos, sus viajes por Oriente, y que fue quien los puso por escrito. Estos hechos históricos sirven de base al argumento de la obra, premio Alfaguara de novela 2005. Las autoras, nacidas en Buenos Aires, se han limitado a adornar con detalles concretos ficticios un argumento que en esencia responde a situaciones reales. El protagonista no es el viajero narrador, sino Rustichello, un rehén pisano que lleva catorce años encerrado y cuyo rescate nadie paga porque a ninguno de los señores para quienes trabajó le importa lo que sea de él. Tras este larguísimo confinamiento, su desahogo consiste en viajar con la imaginación, y a ello se dedica febrilmente durante los meses de un invierno. Los recuerdos de Marco y los sueños de Rustichello se convierten en un espacio de libertad al margen de los muros de la cárcel y de las exigencias de la estricta veracidad. La obra está bien escrita, mucho más cuidada de forma que trabajada de fondo, ya que éste se apoya sobre todo en los famosos relatos del veneciano, y en las tópicas ansias de evasión del pisano, cuya fantasía es igual o superior a la de Marco. La ambientación es plausible y de un realismo discreto, salvo algún detalle aislado menos grato, y la acción transcurre de modo fluido a pesar de lo reducido de su ámbito externo.
