Resumen
El hombre está, desde siempre, en busca de sí mismo. Si se observa a sí mismo y la época en que vive, el pasado y las grandes civilizaciones, con todos sus esplendores y crueldades,termina preguntándose, movido por la desilusión o el estupor, por el espanto o la admiración, cuál es el verdadero rostro de la humanidad, cuál es su propio rostro. Para responder a esta pregunta, se han sugerido y recorrido muchos caminos. La tradición cristiana, el proponer a los hombres examinar y vivir la realidad de la Revelación, tiene una respuesta vital para el creyente, respuesta que ninguna persona que se interrogue sobre su destino puede ignorar. El autor recorre, con agilidad y precisión, las etapas necesarias para delinear la imagen del hombreque la Revelación cristiana propone a partir de un Dios que se revela en la historia y que provee al hombre de los instrumentos necesarios para concerse a sí mismo, conociendo y encontrándole a Él. Es una forma de «identikit», de intensa fuerza dramática que acentúa la energía y la tensión de lo humano, de la mano de un autor que no sólo posee una consolidada estructura teológica, sino también la rica y sabia experiencia de todo gran educador.