Resumen
El profesor
Laurent Binet (París,1972) ganador del Premio Goncourt 2010, concedido a su primera novela titulada ?
HHhH,? sobre la vida y muerte del nazi Reinhard Heydrich, ha recibido por este segundo título varios premios, entre ellos el Interallié, lo que le convierte en una de las figuras más destacadas de la narrativa francesa actual.
Binet realiza un ambicioso ejercicio literario oculto bajo una trama policiaca iniciada en marzo de 1980 a raíz de la muerte en accidente de tráfico del filólogo Roland Barthes investigada por el imaginario inspector de policía, Jacques Bayard. Se trataba, en principio, de un trabajo rutinario que más tarde se complica al descubrir que del cuerpo de la víctima han desaparecido varios documentos que hubieran arrojado luz sobre las causas del atropello. Obligado Bayard a realizar sus pesquisas en un entorno intelectual y académico sofisticado y con predominio de un izquierdismo radical, solicita ayuda del joven profesor Simon Herzog pese a las notables discrepancias ideológicas que les separan. Policía y universitario rebelde colaboran sin embargo en una difícil tarea que en contra de los previsto se convierte en misión peligrosa, ya que ambos sufren atentados de un enemigo oculto, dispuesto a acabar con sus vidas. Simon Herzog se esfuerza por explicar al inspector, sin demasiado éxito, las corrientes del estructuralismo lingüístico y la semiología en las que Barthes figuraba como máxima autoridad dentro del ámbito de la filología moderna. Admirado por gran número de discípulos y colegas, era también objeto del odio de otras escuelas rivales de las que se sospechaba que pudieran haber colaborado en su muerte. La acción transcurre en los medios intelectuales de Francia en la década de 1980 marcados por las ideas marxistas aplicadas a las nuevas expresiones del lenguaje bajo el magisterio de Foucault, Lacan, Derrida, Lévy-Strauss, Althusser y el propio Barthes. El autor muestra un notable dominio de la prosa en la descripción de los ambientes de la época y la mentalidad de los jóvenes que no habían olvidado la rebelión universitaria del mayo francés de 1968 y, llegados a la madurez, entregaron el poder al socialista François Mitterand. Los episodios narrados aparecen vistos con cierta ironía, desde la distancia y en clave de humor negro que no logra suavizar las escenas de consumo de drogas y sexo depravado que, por su crudeza pueden herir la sensibilidad del lector.
