Resumen
Segunda parte de la trilogía Muchachas en la que K. Pancol continúa con las andanzas de Hórtense Cortés y el resto de personajes ya conocidos cuya acción se desarrolla fundamentalmente en Brooklyn. En este volumen el tema del maltrato resulta más tamizado y solo hay breves apuntes, sin tanta crudeza como en el anterior. Aquí se hace más hincapié en los vaivenes románticos y en el triunfo de Hortense en el campo de la moda así como el de Calipso en la música. En el mundo desenfadado y glamoroso en el que se mueve la protagonista se cierne la sospecha de un triangulo amoroso, algo que le provoca serios quebraderos de cabeza, acompañados de los habituales enfados familiares y el afán por destacar profesionalmente.
Con su típica ligereza y agilidad estilística, la autora intenta alargar y ampliar un argumento que ya no da más de sí. La simpleza en los diálogos y una superficialidad que roza la ingenuidad aletea en las palabras y conductas de sus personajes, a las que Pancol quiere presentar como heroínas, y que sin embargo dibuja como mujeres exentas de profundidad que se debaten entre el sufrimiento y un sentimentalismo a flor de piel. Como en ocasiones anteriores, queda manifiesto un clima de permisividad e infidelidad en las relaciones hombre-mujer con sus correspondientes secuencias eróticas. Una problemática seria como es la del maltrato recibe un tratamiento en esta trilogía más propio de una telenovela que literario y da lugar a una novela convencional y sin interés.