Resumen
En una playa cubana aparece el cadáver de un hombre que, en plena revolución castrista, acumuló poder e influencias. Aprovechando un viaje fuera del país, se exilió sin motivo aparente, y también sin causa de relieve regresa a su tierra; pero algo ha motivado este viaje, que entrañaba mucho riesgo. Un experto policía, que desea dejar el cuerpo, se ve obligado a investigar el caso, para que le admitan la solicitud de baja.
Esta obra es la última parte de la tetralogía "Las cuatro estaciones", que incluye "Pasado perfecto", "Vientos de Cuaresma" y "Máscaras". En ella, el autor (La Habana, 1955) emplea con habilidad los recursos del género negro y de intriga, con numerosos equívocos y sospechas, a la par que, a modo de crónica, recrea una generación que, con más ingenuidad que indignación, se pregunta por ideales e integridades perdidos. En la novela se critican el amiguismo y la ambición, y se valoran la lealtad y la amistad. El ambiente es de permisividad sexual, con algunos detalles ?uno especialmente extenso- de tipo erótico u obsceno.
Los personajes, dibujados con pocos trazos, están bien definidos y resultan entrañables, con ternura, errores y frustraciones. En el léxico, variado, hay términos malsonantes. El estilo, ágil y coloquial, con rasgos de humor, capta la atención del lector.