Resumen
Un noruego y su hijo de doce años viajan a Grecia, la patria de la filosofía, en busca de la madre del chico, que abandonó el hogar años atrás y trabaja en Atenas como modelo. Mientras recorren Europa, padre e hijo reflexionan sobre el sentido de la vida y tienen un extraño encuentro con un panadero suizo, que influirá decisivamente en su destino.
La obra está escrita con técnica de "cajas chinas", encerrando una historia dentro de otra, enlazando fantasía y realidad en un simbólico juego de seres humanos y naipes de baraja, al que alude también el título. El protagonista recibe las reflexiones filosóficas que hace su padre y lee atentamente un misterioso librito que le entregó el panadero suizo. Ambos cursos argumentales parecen ajenos uno al otro, pero cada vez ofrecen más sorprendentes puntos en común, en un entramado narrativo muy complejo pero también fascinante y sugestivo. La belleza plástica de las descripciones, la elegancia del estilo, el buen ritmo del tono narrativo y el clima de intriga que rodea al simbólico viaje resultan atractivos más que suficientes para mantener tensa la atención del lector hasta llegar a un desenlace quizá previsible, pero satisfactorio y coherente.
La obra, dirigida sobre todo a jóvenes, incita a vivir cada día como una aventura y a reflexionar sobre quiénes somos, de dónde viene el mundo y quién lo ha creado. Las preguntas quedan planteadas, sembrando inquietud, pero las respuestas directas se eluden, manteniendo una ambigüedad deliberada, aunque haya cierta inclinación hacia los conceptos trascendentes.
