Resumen
En la tercera entrega de la serie, los tres amigos, Irene, Sherlock y Lupin, se encuentran de nuevo en Londres, y otra vez se enfrentan a la resolución de un extraño caso, que se remonta a veinte años atrás. Un problema de ajedrez, que no es tal, publicado en The Times y descubierto por Holmes es el detonante de una investigación relacionada con unos asesinatos, que llevan la marca de una antigua banda criminal ya inexistente. Narrada, como es habitual, por Irene con estilo elaborado y claro, la historia transcurre por distintos barrios londinenses, unos elegantes y otros muy peligrosos, en una trama típicamente detectivesca, llena de descubrimientos y percances de los que no siempre salen bien parados. La buena ambientación y los excelentes personajes, entre los que destaca el papel del genial Horace, mayordomo de Irene y auténtico cómplice de sus alocadas aventuras, introducen al lector en un mundo convincente de crímenes y antiguas venganzas, si cabe más peligroso que en entregas anteriores. Los toques de humor negro de Sherlock, unidos a la relación de amistad y algo de romance que se va insinuando entre la protagonista y los dos muchachos, proporcionan escenas divertidas, que aligeran los detalles más duros. Es una lectura muy entretenida y agradable también para el público adulto.
