Resumen
La obra recoge en un volumen bilingüe en castellano e italiano los poemarios de
Erri de Luca escritos desde el año 2012 hasta el 1014.
Solo Ida. Poesía completa está prologado por Fernando Valverde y muestra las características líricas del escritor napolitano. El autor desvela que su padre tenía un disco de poemas de Federico García Lorca que él oyó en innumerables ocasiones y que le abrió los ojos a la potencia de la poesía. De Luca es un creador que se pronuncia siempre a favor de los desfavorecidos ya sean emigrantes, victimas bélicas o de catástrofes naturales, cuestiones ante las que no oculta su indignación y en sus poemas arranca siempre de experiencias reales con las que se compromete desde una óptica de izquierdas. Sus versos tratan de temas variopintos pero siempre están envueltos en un tono formal apasionado y nada neutral. La libertad, la búsqueda de la paz, la lucha contra la injusticia o la revolución aletean constantemente en unas páginas que defienden al hombre por encima de todo incluso de Dios, en quien se cree, pero al referirse a Él, en ocasiones se hace de modo irrespetuoso. Erri De Luca es admirador de Cervantes y su lírica no solo hunde raíces en Lorca sino también en la figura del Quijote, a quien él venera como alguien no vencedor de nada pero invencible.
Su técnica brilla por la fuerza expresiva y lo tangible de las realidades y sentimientos, elementos que a veces son más poderosos que el ritmo en sí mismo, ya que hay que tener en cuenta que el autor también es narrador y la prosa se desliza imperceptiblemente entre los versos. Destacan las imágenes originales y provocadoras, siempre a través de palabras sencillas y situaciones humanas concretas, muchas de ellas sangrantes que interpelan al lector para sacudir su conciencia. Considerado poeta de los marginados, De Luca se dirige a los campesinos, a los refugiados, a los presos, a los mineros e incluso aborda temas actuales como Lampedusa. Sin prescindir de la religión, su poesía ofrece una visión de Jesucristo como un líder revolucionario meramente humano y en estas líneas, con el mismo tono de rebeldía de todo el libro, hay comentarios chocantes e irreverentes, en relación a Dios o a personajes de las Sagradas Escrituras. El escritor napolitano no busca la belleza como fin aunque lo consigue sino que sus palabras incomoden a quien las lee.
