Resumen
La obra
Un sillón que mira al Sena reúne las semblanzas críticas de los 18 miembros de la Academia Francesa que ocuparon la ?
silla nº 29? de la de la institución desde el primero,
Pierre Bardin en 1634 hasta el último
Claude Lévy- Strauss, académico a partir de1973 hasta su fallecimiento, el año 2009. Elegido para sucederle, el novelista
Amin Maalouf (Líbano, 1949) de acuerdo con la tradición, se dispuso a elogiar en su discurso de entrada la figura y la obra de su predecesor. El trabajo de investigación le llevó a interesarse igualmente por los 17 anteriores, algunos de ellos de gran relevancia para la historia de las letras, la cultura y la ciencia en Francia. Amin Maalouf, galardonado con el prestigioso premio Goncourt en 1993 por su novela
La Roca de Tanios y con el
Príncipe de Asturias en 2010, ingresó en la Academia en 2012 en reconocimiento a una obra narrativa relevante dentro de la literatura actual en lengua francesa.
Al tiempo que expone la vida y la obra de los diversos ocupantes del ?sillón 29? describe con la habitual brillantez de su prosa las circunstancias que rodearon la actividad de cada uno de los académicos citados. Así cobran especial relieve, los debates intelectuales, tensiones y rivalidades que hubieron de afrontar los personajes citados en sus funciones dentro y fuera de la institución. Junto a figuras relevantes, aunque olvidadas con el paso del tiempo, como Pierre Bardin,
Nicolás Bourbon, o
Joseph Michaud, aparecen otras que han mantenido su vigencia con el paso del tiempo. Es el caso del revolucionario maestro de la medicina europea,
Claude Bernard al que dedica Amin Maalouf una especial atención debido a su notable capacidad para expresar, en depurado estilo literario, principios científicos asequibles para el gran público. El polémico y controvertido biógrafo de Jesús,
Ernest Renan, el ambiguo y refinado
Henry de Montherlant y el etnógrafo y pensador Claude Lévy-Strauss, inmediato antecesor de Maalouf en las filas de la Academia, ocupan los apartados finales de una obra de gran interés para conocer la evolución de la cultura francesa en los últimos cuatro siglos. El autor procura exponer las distintas doctrinas, incluso las más polémicas, de acuerdo con una visión laica y liberal de la existencia por lo que la obra para ser interpretada de forma correcta requiere un público de sólida formación moral, religiosa e intelectual.
